Tengo un día en Berlín antes de volver. La hipertrofia vincular de la Feria del Libro de Frankfurt me quemó la simpatía, la capacidad de sonreír, de interesarme por el prójimo literato, el prójimo editor, el prójimo periodista. Me subí al tren y ya no hablé con nadie más y llegué mudo a Berlín ... [SIGUE ACÁ]