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"La uruguaya" se va a Uruguay - 2016



Presentamos "La uruguaya" en Montevideo, junto a la escritora Natalia Mardero, el jueves 11 de agosto de 2016 en librería Escaramuza. Calle Dr Pablo de María 1185, a las 21 hs. Pueden venir cuantos quieran!

La uruguaya - novela




LA URUGUAYA, Emecé, 2016

Contratapa:

“Como en los sueños, en Montevideo las cosas me resultaban parecidas pero diferentes. Eran pero no eran.”
Lucas Pereyra viaja a Uruguay en barco por el día a buscar dólares. Son tiempos de restricciones cambiarias. Tiene ya arreglado un encuentro secreto en Montevideo, pero sus planes pueden fallar.
Encandilado por el recuerdo de un verano anterior y agobiado por un matrimonio que se resquebraja, sueña con escaparse y no volver. ¿Con quién se va a encontrar? Montevideo, esa ciudad idealizada por la distancia, se volverá impredecible.
La uruguaya es una novela inquietante y ferozmente entretenida. Con pulso magistral, Pedro Mairal sostiene la intriga en cada una de sus páginas y demuestra, de modo irrefutable, que es uno de los grandes de la literatura argentina contemporánea.



Reseñas y entrevistas:

Diario Página12

Radio:
Comentario en La vuelta de Zloto
Entrevista en Radio del Plata


TV:
Reseña en "Pura Vida" TV

Entrevista en "Los 7 locos"


Maniobras de evasión, de Pedro Mairal, editorial UDP



Contratapa:

"¿Qué hace un escritor cuando no escribe? ¿Qué hace un escritor con resaca, o cuando una mujer espléndida lo invita a un trago durante un cóctel literario, o cuando ve dormir a su hijo, o cuando está solo en un cuarto de hotel? ¿De qué manera el magma formado por un accidente de bus, una película cursi y un premio literario transforman a un poeta desconocido en un escritor a quien reconocen hasta en el mall? ¿Cómo nace y cuán inconmovible es la vocaciónde alguien que escribe? ¿De qué manera un escritor es hijo, padre, marido, amigo, viajero frecuente? ¿Qué piensa de su portero, de sus colegas, de los organizadores de festivales literarios?

En Maniobras de evasión, el escritor argentino Pedro Mairal recorre sin anestesia un territorio que a muchos otros estremecería: la trastienda de la escritura, que es como decir la trastienda de la vida. Con una mirada salvaje, cargada de humor secreto y emoción eléctrica, estos textos, que tanto hablan de sus primeros escarceos con compañeras de colegio como de un viaje sórdido al bajo fondo de Bogotá, son una radiografía alucinada y elegante del lado B de un escritor, y la aplicación más clara de la escritura como método de supervivencia".

Libro de no ficción. Edición y selección a cargo de Leila Guerriero. 

Reseñas:


Reedición de "El año del desierto", en Emecé




Ya está en las librerías argentinas, y pronto en más países de Latinoamérica, mi novela "El año del desierto". Con este libro, el sello Emecé empieza la reedición de toda mi narrativa.

Entrevista en La Nación, 2015




A punto de que se reediten todos sus libros, el autor de Una noche con Sabrina Love revisa su trayectoria y las marcas de su época; "los blogs ayudaron a liberar la mano," dice.  [SEGUIR LEYENDO]

El subrayador - en Chile





Ya está en librerías de Chile mi libro El subrayador (publicado en Argentina como El equilibrio). Lo sacó la editorial Laurel. Va la contratapa del gran Zambra:


«Si uno diluye un buen poema en un litro de agua consigue un cuento regular», dice en este libro Pedro Mairal, y enseguida agrega, sin ironía: «Si uno diluye ese cuento en diez litros de agua, consigue una novela innecesaria». Hay que decir que Mairal ha escrito cuentos formidables y novelas muy necesarias, pero en estas columnas prevalece la mirada del poeta: cierto desdén por el tremendismo, la palabrería, la alharaca. El adjetivo que me viene a la cabeza para describir su tono es bonhomía, que el diccionario de los españoles define como afabilidad, sencillez, bondad y honradez. Algo de todo eso hay en El subrayador, aunque estoy seguro de que Mairal encontraría una palabra menos resbalosa, pues, como dice por ahí, «al final lo que importa es la lengua que usa la gente para escribir en las paredes del baño».

Hay en estas páginas, desde luego, mucho humor, casi siempre de ese que surge sin buscarlo, cuando la escritura, venturosamente, se vuelve un modo de prolongar las conversaciones solitarias. El subrayador es un libro sobre alguien a quien se le ocurren poemas en el colectivo y cuentos cuando anda en taxi, alguien que quizás hacia el final de alguna caminata arma estas columnas susurrantes y medio milagrosas.

Los temas son deliciosamente misceláneos: la paternidad, los demasiados libros, los conflictos vocacionales, los trajines del amor y la amistad, y sobre todo el deseo de aprender, de pronto, un poco más sobre el mundo. No creo que sea posible aludir a este libro sin pronunciar, aunque sea a la pasada, la palabra sabiduría.

Yo no diría que Mairal vive para narrar: en algún momento, después de vivir intensa y silenciosamente, después de absorber, de calar sin pausas ni prisas el presente, Mairal decide narrar, y lo hace con tanta precisión, tan perfectamente adentrado en la experiencia, que es difícil no creerle; no creerle todo, digo.

Alejandro Zambra

El Gran Surubí - completo online

Ya está en las librerías, en papel. Pero acá va completo online y como salió en Orsai.




EL GRAN SURUBÍ, de Pedro Mairal. 
Ilustrado por Jorge González
























Entrevista en Libroteca - 2014


Me entrevistó Eugenia Zicavo para Libroteca. Hablamos de cine, sexo, pudor y mis dos últimos libros.

El gran surubí - Les rêveurs

Pedro Mairal, romancier et poète argentin – Salvatierra et L’intempérie aux éditions Rivages – est l’auteur de cette histoire illustrée par Jorge González, dessinateur argentin – Chère Patagonie et Bandonéon aux éditions Dupuis.
Dans une argentine affamée, de jeunes gens se font enrôler de force dans l’armée pour pêcher d’horribles poissons chats surubies afin d’assouvir la faim des habitants de Buenos Aires. Un Surubi géant, une sorte de Moby Dick devient la proie de ces pêcheurs par défaut qui survivent dans cet enfer militaire. Humiliation, terreur, survie, horreur, tant de thèmes qui sont évoqués dans ce texte à l’os par l’écrivain Pedro Mairal.
Les illustrations de Jorge Gonzalez saisissent magistralement l’ambiance inquiétante et surnaturelle de cette cauchemardesque partie de pêche écrite en soixante sonnets.
- See more at: http://www.editionslesreveurs.com/articles/1770/nouveaute-el-gran-surubi-de-jorge-gonzales-editions-les-reveurs/#sthash.pQ74jQvs.dpuf


Pedro Mairal, romancier et poète argentin – Salvatierra et L’intempérie aux éditions Rivages – est l’auteur de cette histoire illustrée par Jorge González, dessinateur argentin – Chère Patagonie et Bandonéon aux éditions Dupuis.

Dans une argentine affamée, de jeunes gens se font enrôler de force dans l’armée pour pêcher d’horribles poissons chats surubies afin d’assouvir la faim des habitants de Buenos Aires. Un Surubi géant, une sorte de Moby Dick devient la proie de ces pêcheurs par défaut qui survivent dans cet enfer militaire. Humiliation, terreur, survie, horreur, tant de thèmes qui sont évoqués dans ce texte à l’os par l’écrivain Pedro Mairal.
Les illustrations de Jorge Gonzalez saisissent magistralement l’ambiance inquiétante et surnaturelle de cette cauchemardesque partie de pêche écrite en soixante sonnets.





Pedro Mairal, romancier et poète argentin – Salvatierra et L’intempérie aux éditions Rivages – est l’auteur de cette histoire illustrée par Jorge González, dessinateur argentin – Chère Patagonie et Bandonéon aux éditions Dupuis.
Dans une argentine affamée, de jeunes gens se font enrôler de force dans l’armée pour pêcher d’horribles poissons chats surubies afin d’assouvir la faim des habitants de Buenos Aires. Un Surubi géant, une sorte de Moby Dick devient la proie de ces pêcheurs par défaut qui survivent dans cet enfer militaire. Humiliation, terreur, survie, horreur, tant de thèmes qui sont évoqués dans ce texte à l’os par l’écrivain Pedro Mairal.
Les illustrations de Jorge Gonzalez saisissent magistralement l’ambiance inquiétante et surnaturelle de cette cauchemardesque partie de pêche écrite en soixante sonnets.
- See more at: http://www.editionslesreveurs.com/articles/1770/nouveaute-el-gran-surubi-de-jorge-gonzales-editions-les-reveurs/#sthash.pQ74jQvs.dpuf
Pedro Mairal, romancier et poète argentin – Salvatierra et L’intempérie aux éditions Rivages – est l’auteur de cette histoire illustrée par Jorge González, dessinateur argentin – Chère Patagonie et Bandonéon aux éditions Dupuis.
Dans une argentine affamée, de jeunes gens se font enrôler de force dans l’armée pour pêcher d’horribles poissons chats surubies afin d’assouvir la faim des habitants de Buenos Aires. Un Surubi géant, une sorte de Moby Dick devient la proie de ces pêcheurs par défaut qui survivent dans cet enfer militaire. Humiliation, terreur, survie, horreur, tant de thèmes qui sont évoqués dans ce texte à l’os par l’écrivain Pedro Mairal.
Les illustrations de Jorge Gonzalez saisissent magistralement l’ambiance inquiétante et surnaturelle de cette cauchemardesque partie de pêche écrite en soixante sonnets.
- See more at: http://www.editionslesreveurs.com/articles/1770/nouveaute-el-gran-surubi-de-jorge-gonzales-editions-les-reveurs/#sthash.pQ74jQvs.dpuf

The Best Books of 2013

"The Missing Year of Juan Salvatierra", entre los 10 mejores libros del año en USA:


El equilibrio









Contratapa

Santiago Llach

Iluminaciones en la noche de los countries; la voz de Tinelli, banda de sonido de la argentinidad; la falta de autos en la literatura nacional; la playa, pasarela de las carnes triunfales o vencidas; el taxista invasor de la intimidad; el zoológico como espacio para ejercer el narcisismo familiar; la educación de un hombre entre mujeres superpoderosas con forma de arenga; Maradona, cazador amazónico; los locutorios, zonas de acumulación de microbios y de historias orales; el aburrimiento que le produce a un escritor la cultura libresca; una micropoética de los casos policiales: todo ello es descrito con el ojo preciso y sencillo de Mairal.

El equilibrio es una selección de columnas publicadas en el periódico Perfil. Pedro Mairal inventa con ellas un género, en la justa mitad de camino entre las aguafuertes callejeras de Roberto Arlt y los breves ensayos de laboratorio de Jorge Luis Borges. En conjunto, el libro arma un panorama hecho de epifanías sobre la Argentina de principios del siglo XXI.

Pedro Mairal es para mí un escritor ejemplar. Su virtud más notable es digna de envidia: se las arregla para producir felicidad en el lector. Cada uno de los pequeños tratados que contiene El equilibrio ofrece una perspectiva original sobre un aspecto de la vida contemporánea. No es fácil la empatía para los ensayistas; Mairal la logra, quizás porque lo que vende no es ideología.

El primer texto, homónimo del libro, habla de un padre que le intenta enseñar a su hijo a andar en bici, a hacer equilibrio. Como metáfora soave del futuro que encarna al pasado, de ese pase de postas triste y bello, de una generación a otra, en que consiste la “supervivencia mamífera”, el libro contiene un prólogo del padre de Pedro e ilustraciones de su hijo.

Mairal tiene esa virtud de los verdaderos poetas que es elevarse por encima de las candorosas batallas de la época, sin dejar de ofrecer por ello un retrato supremo de la misma.




"El Gran Surubí" en libro













Novela en sonetos. Ilustrada por Jorge González. 


Audio del capítulo I
Reseñas

El gran surubí

Pedro Mairal

Escribí una novelita en sonetos que se llama “El gran surubí”. La historia ocurre en una Argentina de pesadilla. El país se quedó sin carne y hay poca comida. En medio del caos, el Ejército recluta a los varones mayores de edad. Los saca de sus casas, de los bares, de donde sea. Los arrastra a empujones, los uniforma y los obliga a pescar. En los afluentes del río Paraná crecieron surubíes enormes que son atrapados por gomones de Gendarmería y suministrados a los habitantes del conurbano.

En las profundidades viscosas, además, existe un surubí gigante (una especie de Moby Dick) que todos los Regimientos quieren pescar como trofeo. Los soldados pasan hambre, frío, tienen sexo entre ellos, pescan de noche, mueren ahogados, quieren escapar.

“El gran surubí” está escrito en seis capítulos de diez sonetos cada uno, ilustrados por Jorge González. La revista Orsai lo fue publicando como folletín en los números del 2012. En orsaipad hay una versión con el audio leído por mí, para iPad y iPhone. En 2013 sale el libro en papel. Va un video con el avance del audio y los dibujos del Capítulo I.


 




La lira y lo berreta

(Revista Llegás, mayo 2013)

PEDRO MAIRAL PRESENTA EL GRAN SURUBÍ, SU NUEVA NOVELA ESCRITA EN SESENTA SONETOS Y CON ILUSTRACIONES DE JORGE GONZÁLEZ, UNA JOYA DE LA EDITORIAL ORSAI. 

“nos llevaron en fila hasta el vestuario
y llenaron de a poco una planilla
nos dejaron tomar de la canilla
después de contestar un cuestionario
grupo sanguíneo edad nombre de pila
profesión estatura enfermedades
estudios y demás formalidades
nos vieron con linterna la pupila
nos hicieron quedarnos en pelotas
nos palparon la verga y el prepucio
era un médico trucho medio sucio
de anteojos y gomina y mangas rotas
nos miraron el culo los sobacos
y el médico gritó vístanse flacos”




El gran surubí Cap. I Soneto VIII



















Un soneto me manda a hacer Violante;/ que en mi vida me he visto en tal aprieto;/ catorce versos dicen que es soneto,/ burla burlando van los tres delante, escribía Lope de Vega en un intento bastante pedagógico de explicar qué es el soneto. Después de Pornosonetos (Vox, 2005), Mairal vuelve a retomar la tradición de los catorce versos de once sílabas. Pero esta vez, adentro de esa forma poética tan célebre como rigurosa, el escritor derrama rareza, humor, incorrección, lenguaje berreta y todo el barro del Río de la Plata. En seis capítulos de diez sonetos cada uno, El gran surubí narra la historia de Ramón Paz, un poeta que junto a un grupo de amigos se convierte en recluso de una extraña industria pesquera militar y es trasladado a la isla Martín García. La sordidez y la violencia se entremezclan con puteadas, referencias a Tinelli y los Simpsons, y todo eso corre en redondo y sin bozal adentro de los barrotes metálicos del soneto. Claro que ahí adentro también nada el surubí, ese pez gigante, casi mitológico, que con su fuerza de titán de río logra arrastrar la historia siempre un poco más allá. 


¿Cómo surge El gran surubí?

Desde que se me ocurrió la historia hasta que empecé a escribirla pasó mucho tiempo. La historia la pensé en el 2007, como una idea para una novela. Me acuerdo que dibujé un bagre y al lado unos tipitos de menor tamaño, nadando al costado. La escala era rara, no sabía si el tamaño del pez era el real o si lo real era el tamaño de los tipitos. Y creo que de ahí saqué la idea de ese pescado gigante de río. Me gustaba la idea de una historia que empezara con unos amigos de fútbol que una noche en una leva los levantan y se los llevan, algo así como el principio del Martín Fierro. 


¿Cómo entran en este proyecto Hernán Casciari y Chiri Basilis, los editores de la revista y la editorial Orsai?

Un día Casciari y Chiri vienen y me piden que escriba una columna para cada uno de los seis números de la revista Orsai del 2012. Entonces a mí se me ocurrió que podía hacer una novelita por entrega y que podía escribir sobre esa especie de Moby Dick, pero cuando faltaban dos días para entregarles el primer capítulo todavía no me había salido nada y me di cuenta que lo que me costaba era eso de tener que explicar. En la prosa tenés que explicar muchas cosas, como hay espacio no hay nada que te demande sintetizar. Tenés que explicar quién es el personaje, en qué barrio vive, cuál es su background. En cambio, en la poesía no. Aunque parezca paradójico, encerrarme en la cajita del soneto es una liberación porque ya no tengo que explicar nada. Creo que la poesía me ayuda a ubicarme en el espacio de lo incuestionable porque lo que no está lo completás vos, está en tu cabeza.


¿Qué otras posibilidades expresivas encontrás en el soneto?

Lo lindo de trabajar con una forma tan rígida es que ella dialoga con vos, es como una escritura de a dos porque vos proponés una idea y la forma te dice “bueno, a esta palabra la podés rimar con esta otra”. Es como jugar con el frontón, la forma te devuelve la pelota y te destraba. La prosa es como una especie de salitral donde no hay límites, ni reglas. A mí esa falta de bordes a veces me termina encerrando en una mudez, porque todo se puede decir. La forma sirve para ayudarte a hablar, para ayudarte a caminar.


Ya con el rigor de la forma asegurada, con lo que resta te permitís crear un espacio bien lúdico, hasta irreverente, ¿se puede decir que es así?

Adentro del soneto vale todo, ahí voy a detonar todo lo que soy, con todas las cosas vergonzantes, la violencia, la misoginia, lo berreta, palabras no prestigiosas, el humor. Como ya lo clásico está dado por la forma, entonces ahí meto lo que venga y que se compacte en la forma del soneto. Después, adentro de esa estructura tan rígida, me divierto con esa tensión que se genera entre el soneto y lo berreta. Me parece que se sacan chispas esas dos cosas. 
Sí, uno se imagina que te divertiste mucho escribiendo esta novela.

Me encantó escribir El gran surubí. Hay mucho miedo al humor en la literatura, ¿viste? Como que el humorista está en una escala menor en el prestigio literario. A mí me gusta meter esas cosas, además el humor está en la literatura argentina. Borges a veces es muy gracioso... También me gustó descubrir que tenía todo eso en la cabeza, poder meter toda la experiencia entrerriana, el río, cositas de Juan L. Ortiz, como ese verso que habla de un pajarito parado en un junco. Lo escribí como en un estado de gracia y me ayudó mucho esto de tener que ir entregándole a Orsai. Igual, sabía que no podía dejar pasar demasiado tiempo entre un capítulo y otro porque estaba en un estado raro de escritura, como esos enviones que hay que aprovecharlos. Lo escribí en un mes y medio. Un capítulo, es decir, diez sonetos por semana. 



¿Cómo fue trabajar con Jorge González, el ilustrador?

Cuando terminaba un capítulo se lo mandaba y él me enviaba de vuelta las ilustraciones que iban para cada soneto. No lo podía creer, me provocaba y me sigue provocando un estado de euforia mirar sus ilustraciones porque es como ver más allá de las palabras que vos escribiste. El laburo de Jorge González le subió la apuesta a las imágenes que de por sí la historia ofrecía, le dio rareza a lo que ya era raro. Lo bueno es que sus imágenes no se pisan con las imágenes que despiertan la lectura.


A raíz de esta novela, como de algunos de tus libros publicados anteriormente, además del viaje y la transformación, pareciera que tus historias no pueden transcurrir en espacios netamente urbanos, ¿no?

Sí, es raro eso, yo me pregunto qué me pasa espacialmente en la narrativa. Me doy cuenta de que en casi todo lo que escribo hay una transición de un lugar a otro. Casi siempre la ciudad aparece como algo cerrado, medio claustrofóbico y yo creo que tiene que ver con una experiencia personal. Me crié en un departamento hasta que a los once o doce años empecé a ir a Entre Ríos y me explotó la cabeza. De repente me iba con unos gauchos medios antiguos a carnear una vaca muerta en el medio del campo. Fue una conexión con lo material, con los ciclos de vida y muerte, con la naturaleza… meterte de golpe en un mundo más auténtico, primitivo, sagrado, animal. Para mí fue muy fuerte ese paso y me gusta que a mis personajes les pase algo parecido.


MERCEDES CABRERA

La última vuelta a la gauchesca - Revista Ñ

por Gabriela Cabezón Cámara

(Revista Ñ, 28 de diciembre de 2013)

 Con “El gran surubí”, Pedro Mairal se convirtió en uno de los autores más originales de la literatura argentina. Aquí, se explica por qué.

 

 Profundamente político y también lúdico, absolutamente contemporáneo y a la vez enraizado en lo que fue el primer movimiento estético propio del Río de la Plata y hay quien –Angel Rama en su Los guachipolíticos rioplatenses – dice que de América, El gran surubí de Pedro Mairal resulta un libro insoslayable. [SIGUE ACÁ]



Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal




En este capítulo de Impreso en Argentina entrevistamos a la hija de Marechal, María de los Angeles, a Juan Incardona, a Santiago Llach y a Sebastián Hernáiz. Invitados especiales en la cancha de fútbol: Maxi Tomas, Agustín Valle, Lucas Funes Oliveira, Diego Erlan, Loyds y Hernán Vanoli. Gracias a todos por sumarse. No me pregunten por la conexión entre Marechal y el fútbol, pero ahí está. El partido no fue actuado, mi gol es de verdad, aunque tuve que sobornar a la editora con un chocolate para que lo pusiera y omitiera mis bloopers.