Reseñas sobre Hoy Temprano




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Diario LA VOZ DEL INTERIOR, CULTURA, 2 de agosto de 2001


EL RITUAL NACIONAL

Hoy Temprano / Pedro Mairal

por Carlos Gazzera

Pedro Mairal saltó al espacio mediático de la literatura argentina en 1998, cuando ganó el Premio Clarín de novela con Una noche con Sabrina Love. Inmediatamente, la pregunta fue ¿quién era Mairal, en qué tradición se inscribía?

Más allá de ciertas sorpresas (entre los finalistas había nombres conocidos), aquellos que ya habían leído su único libro de poemas, Tigre como los pájaros (con el cual obtuvo una Mención Honorífica en 1994 de la Fundación Fortabat), sabían que Mairal era un escritor versátil, de un manejo lingüístico preciso, casi aforístico. Mairal está inscripto en esa tendencia al hipercorrectismo que caracteriza a buena parte de la escritura prestigiosa de nuestro país. Sin embargo, aún le quedaba la prueba definitiva: la de publicar –al menos– media docena de buenos cuentos. ¿Cómo recibirse de escritor en Argentina sin publicar cuentos?

Por eso este libro tiene el sabor de un definitivo bautismo. Pedro Mairal ha cumplido con el ritual nacional. Los 12 cuentos que contiene el libro son interesantes y evitan cierta autorreferencialidad literaria. Sus historias transitan la sordidez de la vida cotidiana de los tiempos que corren. La mayoría de los argumentos que nos brinda en Hoy temprano pinta esos mundos fronterizos entre la adolescencia y la adultez. Y lo importante es que ninguna de las historias apela a golpes bajos o salidas inverosímiles.

Algunos finales de estos cuentos rozan lo fantástico –como “Hoy temprano” o “Amor en Colonia”–, pero todos ellos son cuentos legibles, entretenidos, que dejan al lector prendido de la historia.

Los relatos seleccionados tienen además la capacidad de mostrarnos un friso de esos personajes con los que nos rozamos a diario: un médico lleno de frustraciones que sucumbe frente a un ex compañero de secundaria devenido en guía espiritual; o bien una profesora de Lengua y de letras clásicas, divorciada y llena de carencias, que tras su viaje a Grecia no se anima a confesarle a sus amigos que abandonó la aburrida recorrida de museos para estirarse en las doradas arenas de Mediterráneo; o bien la travesura de un adolescente que oferta en Internet la virginidad de su novia; o bien las desesperadas acciones de una mujer de treinta y pico, de buena posición, culta y de familia tradicional, que tras la imposibilidad de quedar embarazada, recurre a soluciones de “antaño”.

Pedro Mairal nació en 1970. Cursó la carrera de Letras en la Universidad del Salvador, donde en la actualidad es profesor adjunto de Literatura Inglesa. Entre sus oficios está el de coordinar talleres literarios y enseñar redacción en un estudio jurídico. Los poemas de sus libros Tigre como los pájaros y Poemas 1997/2000 están disponibles en la página que el autor tienen en Internet (www.pedromairal.com). El director de cine Alejando Agresti filmó su novela Una noche con Sabrina Love. Definitivamente incluido en la literatura nacional con este debut más que auspicioso, nuestro autor deberá sostenerse, de ahora en más, en el mandato borgeano que ha elegido suscribir: ser un buen narrador, y no resignarse a escribir poesía.
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Contando se conoce gente

HOY TEMPRANO / Pedro Mairal / Clarín Aguilar / Buenos Aires, 2001 / 262 págs. $ 16

POR WALTER CASSARA
A primera vista, un rasgo ostensible que se percibe a lo largo de Hoy temprano, libro de relatos de Pedro Mairal, joven narrador galardonado con el Premio Clarín por la novela Una noche con Sabrina Love, es el sonambulismo entusiasta y casi inocente con el cual los personajes deambulan por la cotidianeidad. Perdidos en autopistas o shoppings, en ocupaciones grises o matrimonios frustrados, estos personajes transitan historias circulares y encantadoramente monótonas, al modo de Cortázar (pero de un Cortázar pulido por Soriano).Aunque no siempre acuerden con ella, y trastabillen y pierdan el rumbo, la vida de todos los días, con su cuota irónica de extrañamiento, es su medio ambiente; como si allí percibieran distintas capas de textura, velocidades inauditas que desmienten lo trivial. Confían a rajatabla en las costumbres y convenciones sociales, ejecutando a diario actos elementales como escribir mensajes electrónicos, viajar, tener romances, aburrirse, cambiar de auto, fumar marihuana, mirar noticieros, navegar por Internet, etcétera.
Todo sin mayores obstáculos que los que pone su soterrada inadaptación y bajo el concurso inmóvil de acciones y pormenores cotidianos que la prosa templada de Mairal distingue como recurso narrativo.
Así, en el relato que da título a la compilación, una pareja de amantes que viaja de incógnito a Colonia, ante una sucesión de pequeños desastres e imprevistos, se ve obligada a cambiar de nombre e inventarse una historia que termina por trastrocar y absorber la identidad de ambos. En “La suplencia”, un corrector que llega a una agencia de publicidad para cubrir una vacante momentánea es empujado subrepticiamente a llenar la rutina y acarrear con los objetos y gustos de un muerto. En “La virginidad de Karina Durán”, el himen de una adolescente es ofrecido en subasta por Internet; lo que empieza por un regateo sexual y el encono de un muchacho forzado a la abstinencia acaba por convertirse en una webcam con jugosos rendimientos. Aquí el desliz vale por un destino, la mentira siempre se toma revancha y el hábito tan arraigado de lo real multiplica azares y necesidades superfluas que capitaliza la ficción.
Sin avenirse, en ningún momento, a los trucos de la psicología o el género fantástico, asombra la restricción de medios con la que Mairal consigue hacer auténtico y tangible este friso de personajes; lo cual no es un atesoramiento literario menor, en un panorama maniqueo –el de la actual narrativa argentina– donde se tiende a exaltar, por un lado, el valor sonante de la trama, y por el otro, la delectación barroca en las cuestiones de lenguaje.
Obstinados en la verosimilitud, y de un excesivo mimetismo en la construcción de los diálogos, cada uno de estos doce cuentos deleita con su fluidez y transparencia sintáctica, recordándonos que una historia puede ser también una secuencia lógica, dirigida hacia un efecto preciso.
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Revista Rolling Stone, agosto 2001

Hoy Temprano

Pedro Mairal
(...)
"Hoy temprano reúne doce cuentos de Pedro Mairal cuyo costumbrismo (apoyado en un delicado registro de objetos, detalles, giros coloquiales) los emparienta con su novela anterior. Pero en su nuevo libro irrumpe lo fantástico que, tras los pasos de Cortázar, consiste en el imperceptible pasaje de un mundo a otro. El desplazamiento es ejecutado con discreción hasta el final sorpresivo, como ocurre en "Amor en Colonia", uno de los mejores relatos del libro. Otros cuentos, como "La suplencia" o "El viaje de la profesora Bellini", dejan las cosas al borde de la extrañeza, sin entrar en lo fantástico. Mairal construye sólidos retratos de ciertas zonas de la clase media; una vez que ha levantado ese pequeño mundo, dibuja una grieta que anticipa el derrumbe" Pablo De Santis
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Diario La Nación, 30 de septiembre de 2001

Cuentos de variado registro
HOY TEMPRANOPor Pedro Mairal-(Clarín-Aguilar)-262 páginas-($ 16)
por Eduardo Gudiño Kieffer
Pedro Mairal obtuvo en 1998 el Premio Clarín de Novela por su libro Una noche con Sabrina Love y una mención en el concurso de poesía de la Fundación Fortabat, en 1994, por su poemario Tigre como los pájaros. Pero sólo en este nuevo libro, Hoy temprano, ha logrado demostrar su dominio no sólo del lenguaje sino también de los tiempos y ritmos narrativos, su capacidad para crear personajes y su habilidad para integrar la poesía en la prosa.

Hoy temprano contiene doce cuentos de variados registros. En el primero, que da título al volumen y donde no pude dejar de advertir la benéfica huella de Cortázar, la vida de un hombre es narrada a través de los múltiples viajes en automóvil a un mismo sitio, que se suceden a lo largo de los años. Sutil y elaboradísimo, el cuento resulta sin embargo natural, de lectura fácil y sostenida. Una pequeña gran obra en la que el dominio de los tiempos resulta magnífica lección práctica de escritura.

El lenguaje cotidiano es utilizado por Mairal con naturalidad, sin exabruptos innecesarios. Pero también es admirable que pueda emplear el español del Siglo de Oro ("Amazonia") con increíble fluidez y sin que el lector se sienta transitando por un mundo de palabras y expresiones en desuso.

Si bien los citados son los cuentos que se destacan más en el conjunto, todos los otros son buenos. No faltan en ellos ni el humor ni el patetismo, ni esa mirada del verdadero escritor sobre una humanidad que nunca se encuentra a sí misma. En pocas palabras: un libro que permite creer todavía en que la literatura argentina es posible, creíble y auténtica.

Copyright © 2001 La Nación Todos los derechos reservados
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Diario LIBERATION, Francia, 1 de julio de 2004

Literatura extranjera

Argentino sin plata y desplazado

La picaresca en la pampa y el Werther en Buenos Aires, por Pedro Mairal.

Por Philippe LANÇON

jueves 01 de julio de 2004
(...)
Publicado en el 2001, Hoy Temprano confirma y desarrolla el talento de Mairal. Ninguno de estos doce cuentos es anodino. Una mujer joven, aparentemente infértil, quema años de análisis médicos antes de reunirse con una curandera en el pueblo de la infancia de su marido. La curandera la duerme a medias y la hace embarazar por su hijo. La mujer no queda descontenta. Una profesora debe contarles el viaje de su vida por Grecia a sus colegas, que la ayudaron financieramente: ella miente a través de clichés, sin decir nada de lo que en realidad vivió y sintió. Dos hombres, víctimas en su adolescencia de un grave accidente de tránsito, son contactados por otro sobreviviente que ellos salvaron en esa oportunidad. Éste, convertido en un vegetariano adepto a la meditación, ha recuperado la carrocería chocada del vehículo para levantar en medio de su jardín el símbolo de su nueva vida. Los otros dos sueñan con aniquilarlo. En cada cuento, los personajes sufren un defasaje, una contrariedad: lo que piensan o sienten se parece muy poco a lo que viven. Pedro Mairal se instala en esa fisura; la describe con sutileza, con ternura y sin palabras de más.

Existe una tradición del cuento en la Argentina : Borges, Bioy Casares, Cortázar. Estos autores revelaron la cotidianeidad de lo fantástico. Los textos de Mairal son menos fantásticos que cotidianos, como en algunos autores anglosajones. El autor es, además, profesor de literatura inglesa y ha publicado dos libros de poemas que no están traducidos : Tigre como los pájaros y Consumidor final.
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Por Mauricio Videla y Pablo Grasso

Mairal no tiene el aspecto de un deportista. Tiene los hombros hundidos y el pecho ajustado al desgarbo. Se viste como un profesor adjunto de una cátedra de literatura inglesa. Aunque no puede ocultar su aspecto de eterno adolescente. En el pasillo del auditorio fluyen las personas que contaminan cualquier buena historia, tímidamente se pone la mano en la boca como haciéndonos cómplices de un secreto: "Me crié con mi madre y mis hermanas. Casi no conocía a mi padre porque él llegaba tarde. Cuando llegué a la adolescencia lo empecé a hacer enojar y me encontré con él en el diálogo."
-¿Cómo era ese mundo de mujeres?
-A veces venía mi abuelo a dormir a casa y yo dormía en el cuarto de mis hermanas. Ellas me decían que me diera vuelta y se cambiaban. Les preguntaba: ¿ya está? y respondían: No (risas). Me tenían un buen rato así. Me torturaban con eso, me daba vueltas y ya se habían cambiado. Creo que me intriga saber lo que pasaba a mis espaldas.
-Ese secreto femenino...
-Sí, eso que no se puede mirar. Una creciente curiosidad me convirtió, un poco, en voyeur. De alguna manera, una exacerbación del fenómeno femenino. Creo que todos los escritores somos un poco voyeurs o mirones.
-Los lectores también...
-En cierta forma cuando vos leés estás espiando. Por eso muchas veces me molesta cuando estás leyendo y el escritor dice: "querido lector", es como que te sorprende espiando. Lo mejor es contar las historias sin que te descubran. Por eso creo que escribo, para descubrir lo que sucedía a mis espaldas.
-Desde qué lugar espiás la historia?
-Hay que tratar de sacar el Yo y dejar paso al mecanismo de la historia. Por ejemplo en "Una noche con Sabrina Love", Daniel va hacia Sabrina y se me cruzó el personaje de Sofía, y la dejé entrar, que la historia buscara sus propias reglas, creo que es algo que tenía que hacer. Si uno trata de forzar o meter su opinión no das lugar a la historia. Tampoco le das lugar al lector para que la historia le funcione adentro suyo. Que el lector imagine, que decida sobre el bien o el mal, y no el escritor. (...) Viste esos amigos que te ponen un disco y te dicen: escuchá esta parte, eso te molesta porque querés escuchar a tu manera. Hay escritores que hacen eso señalándote dónde está lo profundo, y de qué manera hay que opinar frente al personaje. Yo dejo que todos opinen, que escuchen. La profundidad la da el lector, vos la podés sugerir pero no señalar, porque perdés la historia.
-Hablabas de Sabrina Love y Sofía, tus personajes fuertes son femeninos...
-Eso no me lo he propuesto. Ahora me doy cuenta de que escribo sobre mujeres que hacen lo que quieren, que saben manejar sus vidas. Los personajes masculinos por lo general están atrapados en un movimiento, sobre todo el personaje de "Hoy temprano", que está en un auto y no sabe muy bien dónde ir. Es como viajar con el volante roto, atrapado en el movimiento, en el destino. A los hombres me parece que les pasa eso.
-Es una afirmación?
-Las mujeres son dueñas de sus vidas, siempre lo sentí así. Mi madre estudió arquitectura, y mis hermanas son personas que tienen su vidas hechas, una es abogada y la otra analista en sistemas. A mí me interesan esos personajes.
-En "Hoy temprano" abundan los ambientes despojados, la idea del viaje...
-Me interesa el viaje porque es una de las metáforas más viejas de la literatura.
-Pero el libro tiene otras metáforas...
-La noche como la muerte, el sueño, el camino. Me interesa ese cambio, ese mundo que pasa hacia atrás. En realidad la vida es la que pasa hacia atrás, tu vida. (...) Me interesa saber en lo que te vas transformando a lo largo del viaje, de la distancia. En este libro los personajes están atrapados en un viaje y de repente sucede un desvío, algo sale mal.
-El camino se transforma en una instancia de conocimiento?
-Pero no en el sentido del peregrino. En el viaje inevitablemente te van pasando cosas, te vas sacudiendo de un lado hacia otro sin que lo puedas manejar demasiado. No tiene que ver con el aprendizaje, aunque la novela “Una noche con Sabrina Love” tiene mucho de eso, es una estructura muy clásica, el camino del héroe. Pero además tiene que ver con lo que estamos buscando, eso es lo que a mí realmente me interesa, los personajes salen en busca de algo y no logran lo que querían.
-Es como entrar “en el camino”
-No es el típico viaje de los beatniks; aun cuando los personajes rompan la estructura y se liberen, Daniel sale pero no encuentra nada.-Los personajes no son modelos?
-Un personaje, hoy en día, que te sirva de modelo a seguir, me parece que sería un plomo. Salvo que sea un tipo marginal y divertido.
-Tus personajes tienen que ver más con los márgenes que con el centro...
-Hablar de un adolescente es hablar inevitablemente de los márgenes. Eso no tiene nada que ver con que sea drogadicto o alcohólico. El adolescente es marginal por el hecho de que todavía no está inserto en la sociedad, no tiene un rol definido.
-Y cómo era tu adolescencia...
-Yo por lo menos no tuve una adolescencia demasiado arriesgada, pero también me sentía al margen, fuera de todo. Cuando hablo de los adolescentes hablo desde ahí. De la sensación de algo inacabado, de una incomodidad.
-Desde la incomodidad?
-Por ejemplo Daniel en “Una noche con Sabrina Love”, viene de Entre Ríos a Buenos Aires, y cuando llega va a dormir a la casa de un amigo de su hermano. El está todo mojado, cansado y se encuentra con una fiesta de disfraces, marihuana y alcohol. A mí me interesaba mostrar esa suerte de descenso a los infiernos, la incomodidad. Me gusta mucho maltratar a los personajes en ese sentido.
-El maltrato...
-Creo que hay una historia en la medida en que maltratás a los personajes, de lo contrario no pasa nada. Lo mismo hace Cervantes con el Quijote, en la primera parte lo maltrata mucho. Creo que también tiene que ver con la idea del viaje, de la novela del camino.
-Es un acercamiento a Kerouac.
-Ojalá lo hubiera leído a los veinte años, porque hubiese hecho mis vagabundeos con toda una mística desde lo literario que no tenía. Hay una mística muy grande en el viajero, una pobreza por estar en los caminos. Descubrirla ahora a los treinta es una lástima.
-Pero implica también otra lectura a los 30?
-Es otra lectura, pero además me estoy alejando de ese tono. En realidad siento que ya lo hice, no tan bien como Kerouac. Ya toqué ese tema en la novela. Los grandes espacios y viajar, conocer gente al azar, recorrer y mirar sin prejuicio. Descubrir a Kerouac después de haberlo hecho es decir que alguien lo hizo mejor que yo, que lo llevó mucho más lejos. En mi novela Daniel sólo quería pasar una noche con Sabrina Love, implicaba una cosa más erótica.
-Un tema presente en tus historias es la televisión?
-Me interesa la televisión berreta, absurda, y hacer algo con eso. En la primera página de Sabrina Love describo la experiencia del zapping.
-El zapping ...
-Borges en el Aleph parece estar haciendo zapping en la zona de los documentales de animales, donde ves unas imágenes rarísimas. Parece que Borges hubiera inventado el zapping sin haber visto televisión. Me interesa meter la televisión en la literatura; al fin de todo, son experiencias colectivas.
-Es tomar provecho de los códigos de la televisión?
-Quiero decir que si un personaje tiene el pelo negro y desordenado como un héroe de dibujo animado japonés, es mucha más la gente que se siente identificada.Cuando escribís para producir una identificación en el lector apelás a la experiencia colectiva, y la televisión es eso. Shakespeare dice que somos la materia con la que están hechos los sueños, creo que hoy en día, somos la materia con la que está hecha la televisión. Si observás a los adolescentes, se comportan igual que los chicos de Friends. Desgraciadamente somos seres atravesados por lo mediático.
-Eso favorece a la narrativa porque provoca que se muestre solamente?
-También hay una herencia de la literatura del siglo XIX, que dio mucha importancia a la carga psicológica. El mundo literario fue apagando sus acciones y se fue quedando cada vez más quieto; en el siglo XX se quedó inmóvil, para escuchar lo que se piensa, con Proust o Joyce. Creo que ahora se está abandonando el uso de la novela psicológica. Todo explicado, todo visto desde la psicología del personaje. El cine y la televisión están influyendo en la literatura.
-Decís que no creés demasiado en los géneros?
-Lo que pasa es que los cuentos se me vuelven un tanto poéticos y los poemas narrativos. Escribo un cuento largo que termina siendo una novela. De hecho no creo porque no los tengo bien definidos. No los tomo en serio, en general me gusta mudarme de un género a otro.

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Hoy temprano, de Pedro Mairal



Por Marcelo Guerrieri - Culturamas 2010


¿Quién puede darnos un mapa confiable para llegar al amor, la verdad o el heroísmo?, se nos lanza la pregunta desde la contratapa de Hoy temprano; la respuesta son doce cuentos que pueden leerse como doce formas de decir que no existe tal mapa confiable. Para llegar al amor, la verdad o el heroísmo, lo que nos presenta Mairal es una serie de caminos transitados a los tropezones por personajes queribles, más bien perdidos, que oscilan entre el desconcierto y la valentía.

Si el punto de llegada se diluye eternamente, ¿será que buscamos un destino ilusorio?, ¿o es que solo equivocamos el camino? En el cuento que da nombre al libro, se narra un viaje doble: desde la ciudad hacia la casa familiar en el campo, a la vez que viaje en el tiempo, en el que todo se degrada —la familia, la sociedad, la relación de pareja—; “un hombre que no sabe dónde frenar y sigue viajando… desde que salió hoy temprano, hace mucho”; tiempo y espacio se estiran y se enredan en un trayecto en espiral hacia el fantasma del paraíso perdido de la infancia. En cambio, el destino que se han fijado los amantes de Amor en Colonia, es un punto de llegada bien concreto: un fin de semana romántico. Pero se trata de un destino falso ya que allí no han de encontrar aquello que buscaban. Por el contrario, lo que los ha empujado a escapar, acecha en cada gesto. La aventura amorosa se convierte en escape constante hacia el destino que más temen y que irrumpe de manera insólita sobre el final del relato.

En Amazonía y Los héroes nos encontramos con figuras que ignoran su condición heroica; o que, a sabiendas de esta condición, deciden calzarse una máscara risueña y burlarse de la grandilocuencia de sus propios actos. “¡Me cago en Don Cristóbal Colón y su bonete! ¿¡Qué paraíso terrenal ni qué coñazo!?” exclama el narrador de Amazonía mientras la selva se va cerrando a espaldas de un grupo de conquistadores en busca de gloria y riquezas. En cambio, los personajes de Los héroes fundan su condición en actos pequeños. Opuestos a una espiritualidad impostada contraponen un heroísmo del que no son conscientes, construido desde la solidaridad visceral y el desconcierto compartido.

Atesorar —un viaje, la virginidad— convierte a las protagonistas de El viaje de la profesora Bellini y La virginidad de Karina Durán en solitarias guardianas de aquello que han sacralizado. En El viaje… una profesora narra a los asistentes de una peña cultural sus “impresiones de viaje por Grecia”. Pero lo que cuenta es solo un catálogo de lugares comunes mientras que se guarda para sí, atesorándolo, aquello transformador que el viaje tuvo en ella. Atrapada en una narración aséptica, tanto aburre a los concurrentes como se aísla. En La virginidad de Karina Duran, lo que la protagonista sacraliza es su castidad. Esta barrera que impone a la consumación del amor desata una reacción desesperada en el novio obsesionado por franquearla. El cuento trepa hasta los límites del delirio con una resolución extrema por la vía del absurdo.

Además de Hoy temprano (Ed. Aguilar, Buenos Aires, 2001) —su único libro de cuentos—, Pedro Mairal ha publicado tres novelas: Salvatierra (2008), El año del desierto (2005) y Una noche con Sabrina Love (1998); y dos libros de poesía: Tigre como los pájaros (1996) y Consumidor final (2003). En el blog del autor (pedromairal.blogspot.com) pueden leerse algunos cuentos de Hoy Temprano y diversos textos relacionados con su obra.

(En Culturamas, julio de 2010)